El
gato Habana no tiene nada que ver con la capital de
Cuba. Es un
gato de color oscuro. Parece ser proveniente de una
cruza entre una gata persa negra y un
siamés de color chocolate.
Su pelo es siempre de color uniforme, se consideran defectos las rayas, las
manchas y los pelos más blancos o más oscuros. La cabeza no es demasiada
afilada pero sí bastante larga con una frente oblicua. Los ojos son ovalados
y las orejas tienen las puntas redondeadas. Su temperamento es afectuoso y
activo. No le gusta el ruido, ni los gritos, es un
gato muy inteligente. Fuente