Los
gatos vacunados de leucemia están protegidos cerca de un 95%. Castrando
a un animal se evitan ese tipo de riesgos en caso de que tenga acceso a
exteriores, ya que estando castrado no tiene contacto sexual o de sangre
(peleas por el territorio, por ejemplo) con otros
gatos.
Desgraciadamente es una enfermedad desconocida por muchos veterinarios que,
al no saber tratarla, recomiendan el sacrificio del animal. Sin embargo, no
es igual haber estado en contacto con la
enfermedad y ser portador, que estar infectado y desarrollando la
enfermedad. En el primer caso, el gato puede llegar a acantonar la
enfermedad pudiendo tener una vida larga y saludable. En el segundo de los
casos, está más expuesto a morir, pero aún así no es una enfermedad
fulminante. La
leucemia gatuna no es inicialmente más que la pérdida de defensas en un
animal que es portador de ella, siendo cuando se desarrolla, una enfermedad
degenerativa que acorta la vida del animal en algunos años, pero que puede
aplacarse si vive en buenas condiciones, a no ser que debido a la pérdida de
defensas, cualquier pequeña enfermedad puede ser peligrosa (rinotraqueítis,
resfriados, etcétera). La leucemia "terminal", es cuando llega a la médula
ósea, anulando totalmente la producción de glóbulos blancos para su defensa,
entonces el animal empieza a deteriorarse rápidamente y muestra su agonía de
manera que el sacrificio es la única solución. Pero, mientras no presente un
estado crítico, precisa cuidados y buenos alimentos, acompañado, por
sugerencia de veterinarios expertos, del uso del "interferón" u otros
complementos que le ayuden a tener más fuertes sus defensas. Fuente
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