Gatos domésticos: se hacen, no nacen
Hasta hace una semana, todo era ilusión. Fuiste el
criadero y compraste ese gato persa que tanto querías. Cuando llegaste a
casa, abriste la puerta de la
jaulita, y el gatito en lugar de correr a tus brazos, se escondió debajo
de tu cama, sin salir más que cuando le muestras un plato con comida. Una
semana después, todo sigue igual.
Cuando traes un
gatito nuevo a tu casa, puede ocurrir que se mantenga alejado de los
seres humanos. A veces, ellos sólo quieren esconderse en un sitio seguro,
lejos de aquellos gigantes bruscos y ruidosos.
Esta conducta no es poco frecuente y debe ser enfrentada para hacer que el
gato logre una mayor interacción con los humanos. Estas son algunas tácticas
para sociabilizar a tu minino:
Pon a al
gatito –o los gatitos- en una pequeña habitación en donde pueda estar
resguardado de ruidos molestos. El animal debe estar solo, sin la presencia
de otras
mascotas. Comienza poniéndolo en una jaula con el espacio suficiente
para caminar un poco. Coloca una caja, dentro de la jaula, de modo que el
gato pueda esconderse y sentirse seguro. Esta caja puede estar cubierta
parcialmente con una toalla o tela para incrementar la sensación de
seguridad. Usar un spray de feromonas sintéticas también podría ser de ayuda
–sólo no rocíes la caja de arena-.
No lo mires fijamente. Fijar la mirada es una conducta típica de los
predadores, y podría asustar al
gato. Practica intentando tocar al minino después de que haya estado un
par de días en la caja. Si no se muestra receptivo hacia tu mano, intenta
usando un rascador para frotarle el pelo. Intenta mover tu otra mano hacia
el
gato mientras haces esto. Asimismo, puedes probar con el método
Tellington, que ha probado hacer sentir más cómodo al animal cuando está
rodeado de humanos. Hay información al respecto disponible en la Internet.
Comienza a pasar más y más tiempo en la habitación con el
gato. Ten en cuenta que mientras son chiquitos, necesitarán al menos dos
horas de interacción diarias con humanos. En primer lugar, una sola persona
debería estar a cargo de esta tarea, por lo menos durante los primeros 5 ó
10 días de la estadía del
gato en tu hogar. Luego, una o dos personas más pueden sumarse al grupo
con acceso al animal. Ten un juguete en la mano para jugar con el gatito y
para acostumbrarlo a estar cerca de tu mano. De a poco, y al tiempo que
sostienes el juguete, acerca tu mano hasta que puedas tocarlo. Darle un
trato alimentario especial también podría ayudarte a estar más cerca del
gatito.
Sintoniza una estación de radio –preferentemente AM- de modo que el animal
se acostumbre a las voces humanas. Recuerda no subir demasiado el volumen.
Una vez que puedas tocar al
gato, comienza a dejarle salir de la jaula. Ahora, puedes sacar la caja
de arena de la jaula y colocarla en una punta de la habitación
–preferentemente en la esquina opuesta a la comida-. Vaporiza las feromonas
por la habitación. Nunca cerca de la caja de arena. Comienza a jugarle
utilizando sus chiches –bien puedes arreglártelas con unas pelotitas de
papel o unos cordones-. De esta manera, el
gato siempre estará esperando el momento es que llegues para volver a
jugar con él. No te olvides de tocarlo y acariciarlo ocasionalmente durante
los juegos.
Después de un tiempo, sólo siéntate en el dormitorio con los gatitos y haz
lo que tengas ganas de hacer –leer, mirar televisión, escuchar la radio o
usar la computadora-. Esto ayudará al animal a acostumbrarse a las personas
aún cuando no le estén prestando atención. Después de un rato, comienza a
jugarle. Trata de traer otras personas a la habitación más a menudo. Estos
individuos también deberán jugar y acariciar al
gato.
Todas estas acciones ayudarán a que tu tímido
gatito saque la cabeza de concha en la que se siente seguro. Si tu
gato es tímido y no hicieras nada, podría quedarse recluido de por vida.
Ayúdalo a acostumbrase a los humanos. Puede que algunos necesiten más ayuda
que otros, pero todos pueden hacerlo. Fuente
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