Todo
gato lleva inherente en sus genes los instintos básicos de su estado
salvaje y se acerca a los humanos por una actitud más de conveniencia y
comodidad que de ingentes lazos de sentimientos de afecto. Esto no descarta
que algunas
mascotas felinas lleguen a tener fuertes lazos afectivos con seres
humanos. Sin embargo, no se debe olvidar que el gato es un animal
domesticado hasta cierto punto, es decir, que depende del hombre para vivir
en plenitud y comodidad.
Los
gatos asilvestrados pueden vivir solos, aunque suelen formar grupos
llamados "colonias". Normalmente las colonias de gatos callejeros se ubican
en lugares donde pueden sobrevivir, sea porque los alimentan o por
abundancia de roedores. En las colonias ya constituidas es muy difícil que
entren
gatos nuevos, porque los gatos son animales muy territoriales.
A pesar de que los gatos son animales muy adaptables, y en contra de la
creencia popular, su expectativa de vida está reducida en un ambiente
hostil. Debido a que los requerimientos proteínicos del
gato son altos, es difícil para las colonias en medios urbanos
satisfacer sus necesidades alimentarias. Los gatos que viven en la calle son
muy susceptibles a enfermedades, atropellos, envenenamientos, etc.
Debido a su multitud de orígenes, el
gato asilvestrado puede ser un animal de pedigrí, aunque la mayoría de
ellos son del tipo "gato común europeo".
La socialización de un
gato asilvestrado puede ser variable. Un gato asilvestrado cuya madre
haya sido doméstica, tiene más altas posibilidades de ser sociable o, usando
una palabra más adecuada, antropizarse con seres humanos que un
gato proveniente de varias generaciones de gatos asilvestrados.
Mientras que las colonias controladas de
gatos callejeros mediante el método "Capturar-Esterilizar-Soltar " (En
inglés se llama TNR: Trap-Neuter-Return) son beneficiosas para el entorno
(control de plagas dañinas como son las ratas o cucarachas), su descontrol
da lugar a que los
gatos enfermen y procreen sin cesar, lo que a la larga desencadena la
eliminación de la colonia por los vecinos o de los propios ayuntamientos. Es
interesante hacer notar que, aunque se elimine una colonia, en el plazo de
meses otra nueva se habrá establecido en la misma zona.
Numerosas asociaciones y particulares se encargan de forma totalmente
altruista de controlar estas colonias. Este control consiste básicamente en
proporcionarles alimento seco y agua en zonas que no molesten a la vecindad,
y también en ir capturando a todos los miembros de la colonia para su
posterior esterilización, identificación, vacunación y chequeos
veterinarios. De esta forma el número de gatos de la colonia se mantiene, o
incluso desciende, y la calidad de vida de los gatos aumenta.
En Australia, las generaciones de plagas de gatos abandonados son un
problema ambiental, incluso se permite su caza por parte de aborígenes que
se alimentan de ellos.
Asociaciones protectoras de colonias de gatos
Existen numerosas asociaciones en el mundo dedicadas al cuidado y protección
de las colonias de
gatos callejeros. En ellas, la labor primordial es la esterilización de
todos los animales (machos y hembras), la alimentación y
cuidado sanitario, aparte de la acomodación en un entorno que permita la
vida tranquila de los gatos y del vecindario circundante. Estas asociaciones
están compuestas en su mayoría por voluntarios, y no tienen fines de lucro
sino del bienestar de los animales. Fuente
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