Incluso caidas desde varios pisos de altura debido a un descuido del
gato moviéndose por un bordillo de la ventana. Realmente los gatos
tienen más posibilidades de sobrevivir a una caida de más de 3 pisos de
altura que al abandono por parte de los humanos en la calle.
Los
gatos tienen la capacidad de caer desde grandes alturas sin sufrir mucho
daño y aunque parezca extraño, cuanto más altas, mejor, porque pueden
prepararse para el impacto. Algunos gatos que han caido de pisos bajos, no
lograron una caida perfecta debido a la rapida aceleración y falta de tiempo
a ponerse en la postura correcta para amortiguar el golpe, en cambio,
gatos que han caido de pisos mas altos, si bien sufrieron fracturas,
traumatismos o daños en sus organos, al poder tener tiempo y prepararse para
el golpe, consiguieron amortiguar la caida para no morir.
La caída de los
gatos suele tener peores consecuencias si se produce desde un primer
piso que si es desde un segundo o tercer piso. Cuando el
gato nota la aceleración de la caída, adopta una postura encogido con
las patas estiradas, que le permite, al llegar al suelo, amortiguar el
efecto del impacto. Si la caída se produce desde un primer piso, el gato no
tiene tiempo de adoptar la mencionada postura.
Parece lógico pensar que cuanto mayor sea la altura desde donde se cae el
gato, mayor serán las consecuencias del choque contra el suelo.
Sorprendentemente no es así. Los daños producidos por la caída aumentan con
la altura hasta un cierto punto, a partir del que se produce una disminución
de los daños, que ya no vuelven a aumentar aunque aumente la altura de la
caída.
Estados de la caida de un gato
1. Caida libre
2. El gato trata de orientarse y desplaza su tronco y su cabeza hacia un
lado
3. Sigue girando su tronco y cabeza, pero ahora gira totalmente su cuerpo
4. Trata de colocarse con la patas hacia abajo y las estira, ofreciendo más
resistencia al aire
5. Cae como un plomo, pero sobre sus patas
El
gato adopta una postura diferente cuando nota la aceleración de la
caída, en cuanto alcanza la velocidad límite, deja de haber aceleración y el
gato relaja su postura que por ser menos encogida, ofrece mayor
superficie de contacto con el aire, a mayor resistencia mayor reducción de
la velocidad. Este aumento de superficie trae consigo una mayor resistencia
frenando la caída y consiguiendo una nueva velocidad límite más pequeña, que
deja unos segundos más al
gato para colocarse sobre sus patas y no caer sobre el costado o el
lomo.
Aunque los gatos pueden sobrevivir a estos peligrosos impactos, no significa
que no debamos tener mucho cuidado y establecer precauciones, poniendo
límites a la curiosidad de nuestro
gato cuando se acerca a los bordillos de las ventanas o trata de salirse
a la terraza.
Hay mucho
gato paracaidista suelto. Fuente
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